Risas, pisotones y selfies sangrientos…
Lamine Yamal, nuestro pequeño prodigio del Barça, se enfrentó a un «campo minado» en Las Palmas. Entre pisotones dignos de una película de acción y entradas más agresivas que un gato defendiendo su comida, la joven estrella no paró de brillar (y sangrar un poco).
Apenas en el minuto 2, Moleiro decidió practicar sus habilidades de defensa con una técnica de agarre que ni en la lucha libre veríamos. Pero eso no fue todo, ¡había más espectáculo por venir! El dúo dinámico Essugo y Álex Muñoz intentaron frenar a nuestro héroe culé en el minuto 59 con un pisotón digno de «Misión Imposible». Lamine, siempre elegante, decidió responder con una foto en redes: su calcetín blanco lucía un nuevo diseño en rojo y la frase «No es falta». Todo un ejemplo de ironía millennial.
A pesar del intento de los jugadores de Las Palmas por frenarlo, Yamal dio una lección de cómo hacer magia sobre el césped. No añadió goles a su cuenta, pero dejó boquiabiertos a todos con una asistencia a Dani Olmo que bien podría ser la trama de una obra de Picasso.
En definitiva, entre risas, pisotones «accidentales» y calcetines para el museo, Lamine Yamal demostró que ni el dolor puede frenar su talento. Pero eso sí, estamos considerando mandarle un paquete de calcetines de repuesto… y tal vez un seguro de pies.