El estadio Gran Canaria lo recibe como un héroe…
¡Paren las rotativas! En un giro inesperado, el regreso de Pedri a Gran Canaria fue más emocionante que la final de una telenovela. La afición de Las Palmas, que lo vio crecer, se olvidó de colores y le dedicó una ovación que hizo temblar las papas arrugás de la isla. Todo comenzó cuando desde el hotel ya se escuchaban susurros: «¡Pedri, Pedri!». Y en el estadio, cuando sonó su nombre por los altavoces, los aplausos casi lanzan al speaker al séptimo cielo. Sin embargo, el clímax llegó en el minuto 85. Hansi Flick decide sustituirle por De Jong y, ¡boom!, el estadio se pone de pie. Un tifón de emociones que ni el mismísimo Poseidón podría haber provocado en las mareas canarias. Aunque no fue su mejor actuación, el cariño fue insuperable. Desde sus días de juvenil, Las Palmas ha sabido que Pedri, el tinerfeño al que le encanta hacer canastas en casa ajena, siempre será su niño prodigio. Profeta en su ‘otra’ tierra y a lo grande.