Los cohetes se roban el show en pleno partido…
La noche en el estadio Da Luz se convirtió en un inesperado festival de pirotecnia, apto para los nostálgicos de las Fallas. Cuando el partido marchaba tranquilo, la grada de Turbin decidió darle emoción extra con un despliegue de cohetes que ni en las fiestas patronales.
El árbitro, con mucha paciencia, decidió que todos hicieran una pausa para disfrutar del espectáculo improvisado. Sin embargo, hasta los jugadores del Benfica parecían ser más fanáticos de las jugadas que de los fuegos artificiales, rogando a sus admiradores que apagasen la chispa de su entusiasmo. El público, medio divertido, medio molesto, silbaba el show pirotécnico imprevisto.
El humo invadió el campo como niebla en película de misterio, ocultando al portero del Benfica como si de un mago escapista se tratara. Los videomarcadores intervinieron para recordar que aquí se juega al fútbol, no se organiza un concurso de fuegos artificiales. Con un poquito de viento y mucha paciencia, el humo se disipó. El partido pudo continuar sin más interrupciones, aunque seguro que más de uno pensó en fichar a un bombero para el próximo encuentro.