Flick y sus trucos mágicos aseguran la victoria…

En el famoso Estadio da Luz, el Barcelona sacó una victoria de cine, y todo bajo la dirección de Hansi Flick, el «Mago de Lisboa». Tras la expulsión de Cubarsí con 68 minutos por delante, Flick demostró que también se puede hacer magia sin varita. Szczesny fue más un pulpo que un portero, salvando bolas imposibles, mientras que Raphinha se lució como un artista marcando el golazo de la noche.

El secreto del triunfo, sin embargo, tenía nombre y apellido: Hansi Flick. Su historia de amor con el estadio portugués es de película. Aquí, con el Bayern, logró un 2-8 legendario ante el Barça y levantó la Champions. Esta vez, tomó decisiones que harían palidecer al mismísimo Sherlock Holmes. No dudó en sustituir a Lamine Yamal con cara de «pocos amigos» y trajo a Ferran Torres para defender como gladiador. Y por si acaso, cambió a Dani Olmo para dar paso a un fortachón Araujo.

La jugada maestra fue mantener a Pedri, el «Pulpo Paul» del mediocampo, hasta el final. Flick apostó por el control del balón y no repetir viejos errores. Szczesny, su apuesta personal, defendió la portería como un castillo entero, haciendo ocho paradas que bien merecieron un aplauso de los dioses del fútbol. ¡Y es que con Flick, Lisboa siempre tiene un final feliz!