El alemán hace desaparecer las crisis del Barça…
En un abrir y cerrar de ojos, Hansi Flick ha transformado al Barça en el Hogwarts del fútbol. Hace solo 8 meses, el técnico se presentó en el Camp Nou con su varita táctica y una sonrisa encantadora. Hoy, no solo resucita jugadores de la lista de «se vende», sino que tiene a suplentes y la grada hechizados. Al parecer, Flick ha mezclado en su caldero el elixir perfecto para que todos se sientan protagonistas, incluso quienes todavía no se han puesto las botas.
Szczesny, héroe entre los palos, es la prueba viviente de que la poción mágica funciona. Aunque al inicio la portería parecía una caja de sorpresas, ahora nadie se acerca sin permiso. En defensa, Koundé ha dejado de ser un enigma y Héctor Fort, aunque más tiempo en el banquillo que en el campo, ha sido blindado por el club como si fuera el mismísimo Anillo Único. Los rumores dicen que Iñigo Martínez, una vez más en acción, ha encontrado un libro secreto de defensa en la estantería de Flick.
Mientras tanto, en medio del campo, Pedri flota sobre el césped cual Peter Pan, y De Jong, antes en riesgo de irse por el armario de salida, ahora es parte del cuento de hadas. Arriba, Lewandowski y sus compañeros de ataque, con goles en cada esquina, están tan eufóricos que uno podría pensar que celebran por superfuerzas invisibles. Y, en el fondo de la grada, la afición canta con la esperanza de que la bruja del fútbol no les quite la magia. El Barça está tan enchufado que incluso Gavi asegura que podría cumplir cinco años más en el club, mientras Ansu Fati sigue buscando su escoba para unirse al vuelo mágico.