El Metropolitano, el diván donde los rojiblancos buscan sanar…
El gol de Rüdiger en el último penalti fue como un balde de agua helada para el Atlético, pero el Metropolitano, cual psicólogo de confianza, respondió con un canto de amor eterno. La hinchada demostró que no hay crisis que la asuste y menos si de apoyar al Cholo y su tropa se trata. Ahora, tras la terapia de grupo, los colchoneros deben enfrentar a un Barcelona que no viene precisamente de vacaciones.
¡Adiós a la Champions con drama y ahora llega el Barça! Una derrota más, y LaLiga diría bye bye prematuramente. Por suerte, el Atlético cuenta con el efecto pasillo, ese fenómeno que vuelve invulnerable al Metropolitano. Los aficionados, que no han visto una derrota en casa esta temporada, estarán ahí para recordarle al equipo que pueden hacerle zancadillas a cualquiera, incluso a los culés de moda. Y no importa lo bien que el Barça lo haga, mientras el Cholo tenga a sus fieles escuderos como De Paul y Sorloth.
El Barcelona, por su parte, quiere seguir con su racha intocable y no dejarse tentar por las reflexiones de sofá del Atlético. Aunque nov-dic les dejó temblando como flanes, ahora parecen más fieros que nunca. Los de Flick tienen una revanchita pendiente con el Atlético, y con la moral recién planchada por su victoria europea, no vienen a intercambiar recetas de paella. Eso sí, poor Flick y sus pupilos tendrán que enfrentarse no solo al Atlético, sino también al ánimo de su hinchada que ni Ulises desafiaría.