Renovación por un año o hasta que el sol deje de brillar…
En el FC Barcelona, las decisiones se toman con la misma rapidez que un gato perezoso: a paso tranquilo pero seguro. Así lo demuestra el caso del portero polaco, Szczesny, quien desde que aterrizó en la ciudad condal ha sido más de «¡chuta, chuta!» que de «¡ni con una escoba lo meten!» y por ello le quieren poner un contrato más largo que la lista de antojos de navidad.
Con la imitación de la Torre Eiffel llamada «decisiones posh» en marcha, deciden darle a Szczesny el papel protagónico. Nos susurran que Deco, el cerebro detrás de estas negociaciones, ya ha destruido varias tazas de café en sus charlas con el agente del jugador, y todo apunta a que renovará un añito y, si el universo conspira, tal vez otro más de propina.
El entrenador Flick, confidente del destino portero-barcelonista, ya ha preparado el escenario para la próxima temporada. Con Szczesny y Ter Stegen como los guardianes del arco, el joven Iñaki Peña podría pensar en explorar nuevas (y emocionantes) canchas o pulir su inglés, ya que el banquillo en primavera en la costa catalana tiene un clima más templado para unas siestas de campeonato.