¿Por qué el balón no rueda sin una buena siesta?…
Parece que las estrellas del fútbol no solo brillan en el campo, sino también en el arte de dominguear. En un giro de los acontecimientos, descubrimos que estos titanes del césped tienen un talón de Aquiles: el horario de la siesta. Al parecer, rendir al máximo es tan difícil como encontrar un unicornio si la siesta no está programada a la hora exacta.
Mientras los entrenadores se devanan los sesos pensando en estrategias, software y quién sabe qué más, parece que también necesitan una dosis de siestología. Con plantillas que podrían competir en el Mundial de Software Deportivo, la verdadera estrategia está en tener el colchón adecuado para esas horas doradas en la tarde. Y si te falla la siesta, siempre puedes culpar al horario del partido.
Para los verdaderos fans, cuyo espíritu guerrero les hace aguantar hasta la medianoche en la gradería, el horario es solo un juego de niños. Parecen dispuestos a pagar hasta el último céntimo por ver a sus ídolos —eso sí, ojalá tras una buenísima siesta—. La próxima revolución en los contratos podría ser incluir cláusulas de siesta obligatoria para exprimir lo mejor de estas estrellas. ¡Y que no falte el café!