Semifinales, sauna de palabras y porteros extra…

Hansi Flick parece haberse convertido en el director ejecutivo de una empresa de siestas prolongadas. En lugar de invitar a sus chicos de azulgrana a una carrera por el campo, parece que el juego más popular en el vestuario es ver quién sobrevive más tiempo a su maratón de charlas motivacionales. Dicen las malas lenguas que la charla se alargó tanto que el equipo ya estaba listo para un picnic cuando por fin salieron. Si esta estrategia sigue funcionando, pronto veremos sofás en vez de camas elásticas en la zona técnica.

Y es que Hansi parece tener muy claro que la clave del éxito es analizar hasta el último pelo del Borussia Dortmund, un rival que ya conocen mejor que a sus propias madres. La estampa en el campo fue digna de un cuadro renacentista: Flick hablando y gesticulando cual director de orquesta, mientras los jugadores, perdidos en un mar de conceptos tácticos y vídeos, tachaban los minutos hasta que al fin pudieron salir al campo. Se rumorea que el compañero de Hansi, el cronómetro, ha pedido unas merecidas vacaciones.

Por otro lado, las buenas noticias llegaron con Ter Stegen y su escuela de porteros itinerante. Cuatro porteros listos para pararlo todo, ¡incluso chistes malos! Después de salir airoso de la pelea con un tendón rotuliano rebelde, Ter Stegen ya suda la camiseta junto a sus compañeros. Esperamos con ansias el día que regrese al campo, y mientras tanto, él sigue inspirando a futuros guardametas a evitar no solo goles, sino también las pausas eternas de Hansi Flick. ¡Que lo consigan todo y eviten las siestas del entrenador!