El ninja del mediocampo culé se defiende con estilo…

Gavi ha desatado más de una sonrisa en la previa del partido de Champions contra el Borussia, dejando claro que quienes dudan de su talento futbolístico están tan perdidos como un pulpo en un garaje. Con la fuerza de un Hamilton sobre ruedas, el joven centrocampista reafirma su deseo de retirarse en el Barcelona, aunque reconoce que podría tener una segunda carrera como crítico gastronómico de churros, dado su carisma andaluz.

Mientras sueña con el triplete como quien espera que Santa Claus le traiga un Ferrero Rocher gigante, Gavi está más centrado en lo que realmente importa: bailar el hula-hoop en todas las posiciones del mediocampo. No es de extrañar que Hansi Flick lo vea como el Messi de la polivalencia. «Mi relación con Flick es como la de una galleta con su chocolate, inseparables y con un chute de azúcar», comenta Gavi entre carcajadas.

A pesar de salir de una lesión compleja, Gavi se siente invencible, como un gato que siempre cae de pie. Su determinación es contagiosa, y aunque afirma que el Barça no se siente invicto, tienen la sagrada misión de demostrar que los culés pueden hacer historia, incluso si hay que enfrentarse a extraterrestres o a Oliver Atom en el camino.