Cuando la defensa es el mejor ataque…

En un giro tan inesperado como un árbitro que pita correctamente un fuera de juego, el FC Barcelona salió a la palestra para defenderse de las críticas que han llovido sobre su presidente Laporta como si fueran confeti en una boda gitana. Desde los tiempos de la inscripción de Dani Olmo, que emocionó más que un tuit inesperado de Messi, hasta la polémica sobre Pau Víctor, el Barça ha tenido más dramas que una telenovela mexicana. Y todo llega justo cuando esperábamos un poco de calma en la Casa Blaugrana.

El club ha sacado pecho como un gallo en pleno canto matutino, asegurando que bajo la gestión de Laporta se ha conseguido poner en pausa la caída hacia el abismo financiero más profundo que un túnel del metro. Han reducido la deuda, aumentado ingresos, y casi, casi han llegado al nivel de Superhéroe financiero sin capa. Y por si fuera poco, defienden que los socios del club no se dejan engañar fácilmente, como si fueran un puñado de Houdinis del siglo XXI.

Hasta las auditorías del Barça han sido tema de conversación candente en las tertulias del bar. Tres auditores en un plis plas y cual desfile de moda. Pero nada de chanchullos, dicen ellos. Hasta los mismísimos auditores han cambiado más que los trajes de un cantautor en gira. Y mientras los líos de auditoría ocupan los titulares, el equipo asegura que lo suyo es más transparente que un vaso de agua de glaciar. Público, prepárense para un Barça que dice que si hay algún truco, no es de ellos.