El combate de Flick contra los sueños de Dormund…

Bueno señoras y señores del balón, al parecer el buen Hansi Flick jugó hoy su carta de «se nos fue el reinado de la buena suerte en una nube de humo». En lugar de ver fuegos artificiales, vio más bien arbolitos de navidad al elogiar al Borussia Dortmund, esos magos del balón que con un pestañeo hacen desaparecer las ilusiones. Sin embargo, con un poco de patatas y magia alemana, su equipo logró meterse en las codiciadas semifinales, todo mientras Flick recitaba la vieja regla del «no exijo, solo me conformo» ante la suerte del próximo rival.

Por un lado tenemos a Flick, el mago de las sensaciones, que nos recordó cómo el ambiente rival era tan tenso que podía haberse tocado con un palito. «No ha sido nuestro mejor día», confesó, como el estudiante que sabe que contestó al revés el examen pero de alguna manera termina aprobado. Las semifinales ya son una realidad, y parece que Flick está preparando su propia fanfarria de alegría, aunque con algo más de samba que de vals.

Mientras tanto, en su casa, Flick pensaba en si dar el trofeo de «no me importa quién venga, que aquí hay sitio para todos» al Bayern o al Inter. «¡Y que Dios reparta suerte!”, exclamó mientras se acomodaba en su sillón con un bol de palomitas. Claramente, Flick anda de un tranquilo que no se aguanta ni él, todo esto después del choque con sabor agridulce. ¡Vaya día, queridos lectores, para ser un amante del fútbol y los giros inesperados del destino!