Flick y jugadores, ¿futbolistas o actores de drama?…

¡Oh, la semidulce victoria! Después de sentirse como un equipo de novatos en pijamas jugando contra gladiadores en pleno Coliseo, Hansi Flick y sus superheroes culés festejan llegar a semifinales. ¿Su magia? Sufrir como en un episodio de telenovela mexicana. Eso sí, nadie escondió que las zapatillas les pesaron más que a un caracol su concha, mientras caían frente al Borussia Dortmund. Nada de autógrafos por aquí, solo muchos pañuelos para secar lágrimas de errores y despistes.

Koundé, el Aristóteles de las defensas, no se cortó un pelo y explicó a la prensa que les faltó más de lo que tiene una tortilla de patatas: agresividad, presión y concentración. Como quien olvida la sal, el Barça olvidó jugar bien en la ida. Aun así, Koundé sonríe contando los años -seis exactos- que han pasado para llegar a semis, mientras piensa que otro día el partido se les habría escapado como un helado en la playa.

Flick y Araujo no se quedaban atrás, reflexionando al estilo Sócrates del fútbol: «¡No ha sido nuestro mejor día!» aseguran mientras miran al futuro con ojos de chocolate. Sueñan con la Orejona, la Champions, algo así como un croissant gigantesco para los futbolistas. «Estamos ilusionados desde el minuto uno», añade Koundé como quien promete dieta tras comer un pastel. ¿Podrán llevar la Orejona a casa? ¡Pues que se prepare el mundo, que los culés siguen firmes como superhéroes tras una siesta!