El presidente y su humor culé…
Joan Laporta apareció en el trofeo Conde de Godó con la sonrisa más grande desde que alguien dijo que la tierra era plana y dejó que los periodistas babearan a su alrededor. Con su pelo digno de un anuncio de champú, Laporta estaba más contento que un niño con dos bocadillos de nocilla. ¿El motivo de tanta felicidad? Su querida blaugrana es semifinalista en la Champions tras seis largos años de espera.
Cuando le hablaron del partido del Real Madrid y sus intentos titánicos de remontar un 3-0 contra el Arsenal, Laporta levantó la ceja como un dinosaurio sorprendido por un meteorito. «¿Rematar al Madrid esta noche? ¡Dejaos de chorradas!», exclamó, como si le pidieran que se decidiera entre patatas fritas y ensalada. Él sólo quería disfrutar de este día tan culé sin pensar en el rival de siempre, que para colmo llevaba camiseta blanca impoluta.
Laporta también afirmó que el equipo estaba tan en forma que podían correr una maratón y aún tener energía para bailar flamenco. El Barça ha mejorado tanto físicamente que algunos dicen que hasta las camisetas se les están quedando pequeñas de lo musculosos que están. Todo gracias al estilo de Flick, porque joyas como los jugadores del Barça no se encuentran en ninguna tienda de antigüedades.