El Fútbol Club Revolutions y el espectáculo de Flick…
Ansu Fati, ese chico que ha estado más tiempo en el banquillo que un cojín en casa de la abuela, finalmente salta al césped como si fuera la reencarnación de Piqué en defensa de post-departamento. Su desplante desde el banquillo frente al Celta fue tan épico que seguramente lo vieron desde Marte. Y aunque Flick frunció el ceño, hoy decide presentarlo desde el pitido inicial. Porque, claro, nada motiva más a un entrenador que un futbolista visualizando su enfado como un drama de sobremesa.
Pero no seamos tímidos al hablar de esta alineación movida que parece sacada de un bingo de tácticas: siete cambios, y no hay gallina ciega que lo iguale. Hasta los chicos nuevos de primero de bachillerato se preguntan quién demonios salió a jugar. Héctor Fort y Ferran Torres, que el otro día seguramente esperaban recibir un Oscar por mejores suplentes no utilizados, ahora son titulares también. Y todo esto sólo porque, ya saben, el pasado juego dejó a más de uno con la cara de alguien que muerde un limón.
El deporte es una cosa maravillosa, pero a veces puede parecerse a una telenovela brasilera de las buenas. De todos modos, si Ansu y compañía ponen el toque de glamur en el campo esta noche, tal vez hasta el propio Flick termine bailando samba. ¡Venga! Que el Barcelona no sale solo a pastar césped, va al máximo con su evolución revolución al toque de pelota.