El club catalán y sus celebraciones con reloj en mano…
Dicen que el Barça celebrará tanto su posible victoria copera, que ni tu tío Paco podrá comparar la fiesta con la que montó el año pasado por su ascenso a liga regional. Pero, ¡atención! porque esta celebración tendrá un giro inesperado: será tan rápida que parecerá más un sprint de Usain Bolt que una fiesta de fin de curso. Eso no es por falta de ganas, es que los culés tienen más tareas pendientes que un estudiante en época de exámenes: con la Champions en el menú especial del miércoles, no hay tiempo ni para tirarse confeti.
Este sábado, los culés se enfrentarán al Real Madrid, como si fueran David contra Goliat, pero con camiseta blaugrana. Y si consiguen domar al gigante blanco y ganar la Copa número 32, hará sonar una tímida orquesta en La Cartuja. Al parecer, la noche en Sevilla durará menos que un suspiro, ya que el domingo ya estarán volando de regreso a Barcelona, donde afilan ya sus botas para enfrentarse al Inter como si fueran gladiadores en el Coliseo del Camp Nou. A las 11 de la mañana del lunes, los jugadores estarán en el campo, pensando en Italia, asumiendo que el descanso es solo un concepto abstracto.
Pero no es la primera vez que a los del Barça les toca celebrar a ritmo de samba improvisada. Ya les pasó en Arabia con la Supercopa frente al Madrid, y lo más que pudieron hacer fue un breve baile a lo «King Julio» antes de enfrentarse nuevamente al Betis. Hansi Flick y el séquito culé han decidido que la prudencia es la mejor aliada, más aún cuando cualquier resbalón podría costarles la oportunidad del triplete y cualquier empanada mental podría regalarles unas vacaciones anticipadas. Así que, en lugar de champán, habrá agua con gas y en vez de desfiles, un ojo puesto en el calendario, con los nervios templados como un yogur olvidado. ¡Todo es posible si uno trabaja en modo tortuga ninja, con serenidad y listo para dar el golpe maestro!