Primero cayó la Copa, ¡ahora a por todo!…

¡Ay, madre mía! El Barça se ha lanzado a por el triplete como si estuviera buscando el Santo Grial del fútbol. En un partido que provocó más nervios que cuando mi abuela juega al bingo, los culés lograron una victoria legendaria contra el Real Madrid. El equipo de Flick, que últimamente parece tener más suerte que un gato con siete vidas, remontó cuando los blancos ya estaban celebrando con las palomitas. ¡Y todo gracias a Koundé, que metió el gol decisivo en el 116’! Así que, ¡saquen las castañuelas que la fiesta continúa!

Este primer paso hacia el cielo futbolístico tiene al Camp Nou más ilusionado que un niño con zapatos nuevos. Y aunque el Barça tuvo un momento de pánico en el que pareció que estaban bailando con lobos, los chavales demostraron ser más duros que el pan de mi tía Concha al aguantar el tipo ante el Madrid. La juventud del Barça, más fresca que una lechuga, levantó el partido cual David contra Goliat. Ahora con la Copa en el saco, los azulgranas tienen el espíritu más alto que el Empire State.

Con la mirada puesta en la Champions como si fuera su helado favorito, los culés ya están visualizando a los italianos del Inter, que llegarán a Montjuïc como si de gladiadores romanos se tratara. Y después, la Liga, donde el Barça lleva ventaja pero tendrá que ver la carita de Ancelotti nuevamente. ¡Ay, ay, ay!, que mayo viene más emocionante que la final de ‘MasterChef’. A por ellos, ¡oé, oé, oé!