Laporta se sienta en la montaña rusa culé…
¡Imagínate a Joan Laporta en una montaña rusa culé, riendo como un ludópata con el éxito de Hansi Flick al mando! El fichaje de Flick ha sido más efectivo que un café doble en lunes por la mañana. Laporta está más feliz que un gato que encuentra un ratón de juguete al ver cómo Barcelona levantó la Copa del Rey después de desayunarse al Real Madrid. Según comenta, vivió el plante del Madrid como si fuera una estrategia sacada de una película de espías, pero él prefirió cubrirse los oídos ante el ruido mediático y dedicarse a hablar de fútbol, ¡como si fuera un sábado de paella!
En medio de la final, Laporta saltó del asiento como si alguien le hubiera puesto un petardo debajo, ¡aunque el pobre presidente de la Generalitat se quedara sin aliento! Su reacción al gol de Koundé fue tan rápida que ni Flash podría haberle seguido el ritmo. Claro que no iba a faltar el respeto a nadie… ¡pero el golito se lo había ganado! Y con cada decisión arbitral aceptada con una sonrisa, el entusiasmo de Laporta creció tanto que hasta el VAR estuvo satisfecho.
Sobre Flick, Laporta afirma que es como el suéter que no quieres quitarte ni en verano. Está encantado con él y no piensa soltarlo. Eso sí, su futuro lo deciden Deco y compañía, quienes acertaron más con Flick que un perro con un hueso. Y mientras los culés se preparan para las semifinales de la Champions contra el Inter, Laporta sigue bailando entre los pinos del Camp Nou como un duendecillo travieso. La realidad ha superado sus sueños, y ahora vive su fantasía blaugrana con más pasión que un tuitero en plena polémica.