Confesiones de un entusiasma del fútbol…

¡Atención futboleros, el oráculo del fútbol ha hablado! A sus pies, con su túnica de leyenda, el gran Cafú ha osado señalar que el ese Balón de Oro estará en una pelea espectacular entre Raphinha y Mohamed Salah. Es como si dos estrellas de Rock compitieran por el mejor solo de guitarra en un estadio lleno hasta el borde de fans histéricos. El exjugador brasileño augura que Raphinha, con su capa (o camiseta) del Barcelona, tiene todo para lograrlo: DOMINAR Europa, conquistar el Mundo y convertirse en ídolo universal. Toda una profecía futbolística ¡Él lo ha dicho y el mundo tiembla!

Pero no se olviden de Lamine Yamal, el Benjamin Button del fútbol, que ya no sabemos si envejece o rejuvenece. El chico prodigio del Barcelona, con la madurez de un Jedi y la velocidad de Flash, galopa con elegancia sith por el campo, robando almas de defensas y aplausos de las gradas. Y claro, cafuné no se ahorra elogios: «¡Este chico va con turbo!». Con laureles Laureus y una sonrisa traviesa ha conquistado Madrid y más allá.

Y ya en las semifinales de la Champions, donde el thriller futbolístico alcanza su clímax, Cafú declara: «¡Cualquiera puede ganar!», excepto los extraterrestres, aunque hablar de fútbol con seres de otro planeta no era tan improbable para él. Barcelona tiene un equipo joven, como una guardería de campeones dispuestos a brillar. Y ahí tenemos a Marquinhos, el central del PSG que juega como si un tesoro oculto protegiera. Cafú admira su estilo silencioso, casi un espía: habla solo con su talento. Ah, querido Capitán, ¡si nos fuéramos de copas juntos seguro que la Champions sería el partido de bolos de nuestro fin de semana!