El dilema del tobillo francés y el tango argentino…

Simone Inzaghi debe estar más nervioso que un hincha esperando el penalti decisivo. Con el partido de vuelta contra el Barcelona pisándole los talones (cuidado, Pavard, con tus tobillos), la gran pregunta era si Lautaro y Pavard estarían listos para enfrentarse a los gigantes españoles. Lautaro parece que ha estado comiendo espinacas a lo Popeye y está listo para lo que venga, pero Pavard… ¡ay Pavard! Su tobillo decidió hacer huelga justo cuando menos lo necesitaban.

Al pobre Pavard le ha salido un ‘rosco’ por inutilización justo en el momento del calentamiento. Inzaghi debía estar cruzando los dedos para que Pavard pudiera aguantar más que una batería de móvil en una maratón de memes, pero no hubo suerte. Ahora, el técnico italiano se ve obligado a sacar el manual de ‘improvisación defensiva para dummies’ y echar mano de sus reservas. Y ahí es donde Bastoni, De Vrij, Acerbi o el mismísimo Bisseck entran para intentar tapar el agujero: como tiritas en un balón pinchado.

Mientras tanto, Lautaro, el Elvis Presley de los terrenos de juego, baila al son de sus botas con esperanzas de sacudir el campo. Los aficionados se preguntan si iniciará el partido o si su ritmo se quedará en reserva. Lo que está claro es que el Inter no tendrá en Pavard su ‘muralla francesa’ para frenar los ataques blaugranas. El destino de la defensa interista está decidido, debemos esperar que sea el azar del fútbol el que le otorgue el éxito. ¡Que la fiesta comience!