Vitor Roque y el arte de quebrar a llorar…
Vitor Roque, el delantero mejor conocido como ‘Tigrinho’, finalmente rompió su sequía de goles, algo así como encontrar agua en el desierto del Sahara. No marcaba desde que salió del Barcelona y del Betis, pero el domingo plantó bandera en el Palmeiras, y claro, se fue directo a llorar, ¡pero de emoción esta vez! Lo que nos lleva a la epopeya futbolística donde Raphinha, otro bravo brasileño, se convirtió en intérprete de emociones entre Flick y Vitor, y ayudó a orquestar su salida cual escena de una telenovela épica, lágrimas incluidas.
Parece que nuestro buen amigo Flick, el entrenador, es un experto en el arte del drama, casi como si fuera el director de una película de Hollywood con Raphinha de traductor estrella. En plena práctica, Vitor era un lío de confusión: «Vete, quédate», le gritaban, y el pobre terminó cometiendo más fallos tontos que personajes en una comedia de errores. Hasta que al final, con un dramático «¡sí!», Flick le dijo el consejo más sabio de todos los tiempos: «hombre, relájate y vete a descansar». ¡Y así, el telón cayó para Vitor, al menos por el momento!
Raphinha cuenta que Flick también quiso quedarse con él. A tal punto que casi pide a Neymar un manual de ‘Cómo amarrar a un brasileño en el fútbol europeo’. Y aunque era tentador visitar la liga de Arabia por recomendaciones de Neymar, al final Flick fue tan convincente que logró en una semana que Raphinha decidiera quedarse. «Me ha cambiado», dice Raphinha, dándole crédito a Flick por su mejora. Todo un artista de la persuasión, aunque todavía esperamos si hay un Oscar en el futuro del entrenador.