El simulador revela un final de infarto…
Bienvenidos, fanáticos del balón redondo y del caos absoluto. En el museo de las emociones fuertes ha llegado el momento cumbre: el Inter de Milán y el FC Barcelona se juegan el pase a la gran final de la Champions, esa velada de gala donde solo hay sitio para los héroes más épicos. En el encuentro de ida ya nos regalaron un partidazo para alquilar balcones, con seis goles al más puro estilo de una cornucopia de goles. En el estadio Giuseppe Meazza, el Inter contará con más apoyo que un abuelo en silla de ruedas, mientras que el Barça busca dar la campanada mundial con su promesa, Lamine Yamal, listo para ser el Thor del esférico.
Y ¿cómo no íbamos a simular este partido con el todopoderoso EA Sports FC 25? Porque claro, el destino del universo futbolero podría depender del código de un videojuego. En esta danza de píxeles y balones invisibles, la defensa del Inter ficha de nuevo a Pavard y el Barça saca a relucir a su artillero oculto, Lewandowski, tan temible como el coco pero desde el banquillo. Marcus Thuram, el poeta de las redes, vuelve a dejar sellos de gol y Lamine Yamal responde como un Jedi del área. Sommer, el portero del Inter, parece más nervioso que un flan en un terremoto y termina por regalar un gol con más torpeza que un pingüino en un trineo.
Pero la historia jamás escrita tenía reservada su dosis de drama. Al pasar el minuto 80, cuando todos empezaban a buscar su paquete de palomitas en sus asientos, Lautaro Martínez, con más frío en las venas que un heladero en el Polo Norte, logra encontrar el gol de la victoria para el Inter. Así, el equipo italiano se clasifica de forma imaginaria a la final, en el mundo mágico de EA Sports FC 25. Pero quien sabe, hasta los simuladores cometen errores, ¿no?