El gran debut que casi nadie vio…
¡Atención, atención! En un universo paralelo muy lejano, Samuel Eto’o no es conocido por esos golazos dignos de una película de acción en el Camp Nou, sino por uno de los shows más breves del fútbol mundial, como jugador del Espanyol. Sí, sí, el grande del Barça y superhéroe del gol, tuvo un cameo más corto que el del repartidor de pizzas en una película de Hollywood. Sus 32 minutos con la camiseta perica quedarán en la historia… de los récords Guinness del tiempo perdido en un campo.
Imaginad la escena, Eto’o, recién salido del horno del Real Madrid, llega al Espanyol con 17 años. Una promesa que supuestamente iba a hacer temblar las bases del RCDE Stadium. Pero en lugar de eso, su participación fue como un pedo en una tormenta: imperceptible. Lo vimos unos minutitos en una Copa contra el Valladolid –y voilá, 0-2. Apenas saltó al campo más que un billete falso en un mercadillo. Fue absolutamente agobiante… para el banquillo.
Pero, caramba, de eso va el fútbol: sembrar en desiertos para recoger en oasis. Al final, la pura verdad es que en nuestro Espanyol ocupó su tiempo bancario viendo como Tamudo, Benítez y Esnáider se llevaban los aplausos. Menos mal que Eto’o no desesperó y encontró en el Mallorca la palmera donde florecer. ¡El resto es historia digna de contar a los nietos, con chistes incluidos!