Fiestón acuático en el RCDE Stadium…
El RCDE Stadium se convirtió en un episodio de ‘Días de nuestra vida’ justo después de que el Barcelona ganó el título liguero. Imagina a Gavi y Pere Milla como dos gatos persiguiendo el mismo ratón solo para convertirse en estrellas de un escándalo digno de las mejores telenovelas. La mecha encendida fue cortesía de un inolvidable 2-0, que luego dio paso a una especie de teatro del absurdo cuando los jugadores salieron al campo para celebrar. Vamos, lo típico entre amigos, sacarse selfies, abrazarse… y lanzar un ‘a chuparla’ al aire como si fuera confeti.
Por un lado, tenía a las cámaras peleando para seguir la acción como si fueran presentadores de un reality show en busca del drama perfecto. Mientras tanto, Lamine Yamal decidió que ya había tenido suficiente de la locura del siglo y se esfumó a los vestuarios como si fuera Batman. ¡Y ni hablar de Hansi Flick! No, no estaba siendo el aguafiestas, solo trataba de evitar lo que parecía ser el comienzo de una fiesta de piscina en un campo seco, llevado por una marea de confusión y chorros de agua.
Cuando Balde decidió que Pere Milla necesitaba una lección en vuelo sin motor, el resultado lo recordará como si fuera una escena de acción directa de Hollywood. Ya sabes, tipo Chuck Norris empujando a alguien a cámara lenta en una épica batalla contra elementos. De repente, ¡pum!, los aspersores entraron en acción y el estadio se transformó en una discoteca al aire libre con lluvia artificial, como si el cielo celebrara también. Los jugadores del Barça no se lo pensaron dos veces, dijeron adiós al césped y hola a la fiesta, moviendo la cadera como si cada gota fuese una victoria más. Mientras tanto, Flick encarnó a un sabio Zen alejando a sus chicos hacia el vestuario, pensando probablemente que ‘lo que pasa en el césped se queda en el césped’.