El día que el chupa chups fue MVP…
En un giro de los acontecimientos digno de una película de ciencia ficción, Lamine Yamal vio a su primo Mohamed Abde en la multitud desde lo más alto del autobús de la rúa del Barça. Pero no hablamos de cualquier multitud: ¡había más culés allí que patatas en una tortilla de campeonato! El joven Yamal, sin despegar sus manos de un chupa chups que parecía tener propiedades mágicas, saltó de alegría como si hubiera encontrado la última galleta en la alacena de casa.
Este encuentro familiar fue tan épico que haría llorar incluso al árbitro más impasible. Lamine, estrella y promesa del fútbol al que todavía tiene que salirle la barba, dejó de lado su rol de figura imponente para convertirse en un niño emocionado en Navidad. Los flashes lo perseguían como moscas a la miel, pero su única preocupación era lanzar besos a su primo perdido. Ni en ‘La casa de papel’ se ve tal drama.
Mohamed Abde, ahora más famoso que una foto de piñas en Instagram, se ha convertido en la envidia de todos los culés que no tienen primo estrella de fútbol. Este momentazo hizo que la celebración de LaLiga pareciera más un capítulo de dibujos animados, dándole al club azulgrana un motivo más para sonreír, además de ganar títulos. ¡Qué nadie diga que el fútbol no es un juego familiar!