Cuando el fútbol se vuelve una atracción…
Amigos del balón y del bocadillo en el descanso, si hay un club que logra hacer del fútbol un espectáculo más vertiginoso que una montaña rusa, ese es el Barça de Flick. Parece que han encontrado la receta secreta de la abuela para hacer del juego un carrusel de emociones que dejaría mareados hasta a los mejores astronautas de la NASA. Recuerden cuando Guardiola y sus escuderos revolucionaron el mundo del fútbol con su toque toque, tanto que todos querían jugar como ellos, aunque eso era tan complicado como intentar bailar flamenco con botas de esquí.
Este Barça te despeina con su fútbol ofensivo, pero ¿quién puede resistirse a subirse de nuevo a este parque de atracciones donde los rivales salen corriendo emocionados, con ganas de más? Los equipos quieren copiar su estilo, como la tostadora emulando al sol, tan adictivo que los partidos parecen terminar en un abrir y cerrar de ojos. Y mientras el mundo del balompié gira hacia el estilo culé, algunos como el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso prefieren un enfoque más zen, con equilibrio y armonía, ¡como si fueran expertos en yoga del balón!
En la Casa Blanca, las cosas están más agitadas que una botella de refresco a punto de abrirse. Florentino ha apostado todo al Mundial de Clubes como si fuera la partida final de un videojuego y le da al botón fichar como si no hubiera un mañana. Con la salida estilo cha-cha-chá de Ancelotti, las aguas se agitan y la pista de baile está lista para que Xabi tome el mando, a ver si consigue que el Madrid vuelva a ser la orquesta que nunca desafina. El futuro es incierto, pero el espectáculo está garantizado y el público, como siempre, esperando al próximo baile de goles y emociones.