Cuando el Bayern quiso a Pedri después de un 2-8…

En aquel fatídico día del 2020, cuando el Bayern Múnich dejó al Barcelona en más pedazos que un jarrón barato, Hansi Flick decidió que su botín del campo de batalla sería nada menos que… ¡Pedri! Como si fuese un pirata moderno, Flick casi saca al canario en un baúl lleno de balones dorados. Ramón Planes, exdirector deportivo blaugrana, reveló que después de ser aplastados como un tomate en Lisboa, apenas dos días después, el Bayern quería una videollamada para fichar al joven talento que entonces todavía coleccionaba conchas en las playas de Las Palmas.

Resulta que Pedri ya era un fenómeno antes de pisar la legendaria hierba del Camp Nou. Aunque movía los hilos en Las Palmas como si fueran string noodles, el Bayern ya soñaba con su nombre en una camiseta bávara. Pero Ramón Planes, con un gesto digno de un guardián de puerta de discoteca, le dijo a su homólogo Hasan Salihamidzic que Pedri ya tenía reservada su butaca en el tren hacia la ciudad condal. Porque si Messi, el mago de Rosario, planta una semilla de duda al preguntar por el chico, lo mínimo es dejarle crecer en casa.

En este partido de negociaciones, el Barça mantuvo a Pedri en sus filas, y el joven prodigio se convirtió en el motor del equipo. Tras un lustro en azulgrana, Pedri no solo esquivó lesiones como un ninja en escena de acción, sino que además multiplicó goles, asistencias y minutos en el campo, dejando ahora los oídos de Flick llenos de «¿estás seguro de que no quieres un trueque?». Pedri ha demostrado que elegir Barcelona fue como plantar sus raíces en el mejor jardín. Después de todo, ni los piratas modernos pueden llevarse todo lo que brilla.