El exilio que llenó las arcas culés…

¿Quién diría que el Barça haría tanto dinero exiliado en Montjuïc? ¡Es como haber invertido en acciones de chocolate en pleno verano! Mientras el Camp Nou se remodela más veces que una estrella de Hollywood, el Estadio Olímpico hace que los culés naden en oro y alegría. El presidente Joan Laporta debe estar riendo más que un villano de película mala, ya que los ingresos subieron un 57%. Y no, no vendieron TikToks ni hicieron concursos de tiro de falta con Messi (aunque eso también vendería).

Además, los abonos crecieron más rápido que el mito de que los gatos tienen nueve vidas. ¡Con menos boletos a la venta, lograron más espectadores! La media de 45.962 personas por partido desafía las leyes de la física, casi como si todos fueran hologramas de segunda generación. El pobre Leganés debería considerar entrar al show de talentos; solo tuvieron menos de 40.000 almas valientes para ver su gran actuación.

Por supuesto, este éxito tiene un manual de instrucción: una inversión mareante de 24 millones en el Estadi Olímpic y un viaje sostenible de ciencia ficción. Si alguien más quisiera montar algo similar, tendría que plantar un huerto de billetes en su jardín. En fin, buena suerte al resto de equipos; ¡el Barça conquistó Montjuïc con el entusiasmo de un ninja en una fiesta de cumpleaños!