El brasileño que rompe récords y corazones…

En el país del jamón ibérico y el fútbol, Raphinha ha sido coronado como el emperador de LaLiga cual Julio César con botas. Los magnates del fútbol decidieron que ningún otro mortal podía compararse a él, a pesar de que sus compañeros Lamine Yamal y Pedri tampoco andan rezagados, haciéndolo tan emocionante como saco de pipas en las gradas del estadio. Pero claro, cuando uno marca más goles que una abuela postres en Navidad, el reconocimiento se da por descontado.

La metamorfosis de Raphinha podría inspirar hasta a una telenovela brasileña. Después de un año que parecía una tragicomedia, el brasileño estaba tan a punto de salir del Barça como un vecino cotilla en un portal de chafardeo. Fue la llegada allá desde las tierras de Bratwurst de Flick, el nuevo cerebro del banquillo, lo que inspiró al delantero a desenterrar su capa y volar por el campo cual superhéroe en mallas celestiales.

18 goles, 9 asistencias y un número desconocido de corazones rotos. Mientras tanto, instaura carácter, lidera como un barco vikingo, y enseña a los jóvenes qué es sudar más que un abanico en una ola de calor. No es de extrañar que el Barça le haya ofrecido un cofre de oro, porque esto es mucho más que buen fútbol, es pura poesía en movimiento.