El catalán que hace magia en el campo…
Una vez más, Dani Olmo decidió que su vida no iba a ser un drama cualquiera, sino un espectáculo de comedia brillante con goles incluidos. El FC Barcelona, soñando con goles tanto como un niño en Nochebuena, se lo sopló a su plantilla en agosto pasado. Aunque su temporada fue una montaña rusa más loca que el dragón de Eurodisney, el muchacho no se arredró. Enfrentándose a más burocracia que un superhéroe sin capa, marcó impresionantes 12 goles, ofreció 6 asistencias y provocó penaltis como si estuviera vendiendo churros calientes en plena Rambla.
El espectáculo más notable de Olmo llegó cuando, cual David Copperfield amazónico, Kwame Kwame acabó haciendo magia para que el Barcelona le levantara un 1-3 al Celta. Entró como si fuera un ninja futbolístico y en 5 minutos ya había roto la red. Después, todo fue una danza encantadora que terminó cuando, en una maniobra más confusa que un torero en una oficina, provocó el penalti decisivo. Gracias a sus habilidades, el Barça terminó con un reparto de puntos más dulce que los turrones de su abuela.
Ahora, Olmo está de vacaciones zambullido en un mar de calma, a salvo de las avalanchas de goles. Mientras tanto, Flick, que encuentra más descanso con sus citas futbolísticas que un koala abrazando un eucalipto, ya tiene la agenda lista para julio. Y ahí, nuestro protagonista Olmo estará de vuelta, fresco como una lechuga, listo para comenzar sus sesiones mientras su nombre aparece en más listas que las palabras mágicas de Harry Potter. ¡Que no se olvide la varita, Dani!