Dramas y traiciones futboleras…
Gonzalo Miró, el hombre que ama tanto al Atlético de Madrid como un gato ama perseguir un láser, ha metido baza en el culebrón del fichaje del siglo (bueno, del día al menos): Joan García se ha pintado la cara de blaugrana, y los fans del Espanyol están que echan humo como una chimenea en diciembre.
Con la pasión de un chef italiano discutiendo sobre la mejor pizza, Miró comentó que es absolutamente normal que la afición del Espanyol esté más irritada que una avispa dentro de una lata. «En el fútbol hay sentimientos para bien y para mal», explicó, como si estuviera desvelando el más oscuro secreto del universo. Joan ha firmado hasta 2031 con el Barça después de que pagaran su cláusula, que bien podría valer más que 10.000 boletos de lotería.
Mientras tanto, Gonzalo Bernardos, el economista que usa la calculadora incluso para contar chistes, lanzó un mensaje a Joan con más veneno que el café sin azúcar. Recordó al pobre muchacho que pasó de ser el héroe de los niños a convertirse en el villano número uno, como si fuera el Grinch hinchado de escepticismo deportivo. Joan, hombre, ¡no hay carta de despedida que arregle este lío!