El tortellini mágico se muda al País Vasco…

Aleix Garrido, el único humano capaz de volar a lomos de un balón de fútbol, ha agitado su varita mágica y aterrizado en las praderas del Eibar. Este talentoso centrocampista catalán de 21 añitos, que bien podría haber sido clonado de una noche loca entre Iniesta y un hobbit, deja atrás su cuna en La Masía tras un largo y próspero romance de 13 años, para lanzarse al emocionante y vibrante mundo del club vasco, donde las pelotas ruedan más que las botellas de sidra.

En el mágico reino de Ipurua, Garrido está listo para levantar la sala de máquinas con cabriolas y pases que desafían la gravedad. La posición de meticuloso ingeniero balompédico estaba más vacía que un chiringuito en noviembre, y Aleix ha sido el elegido para llenar ese vacío cósmico e inyectar el juego con vitaminas de pase preciso y astucia táctica. Lo que comenzó como una banda con Olaetxea y Sergio Álvarez parece ahora un elenco digno de una peli de superhéroes futbolísticos.

¡Ah, las aguas del mercado de fichajes! Garrido, en medio de una oferta montañosa, prefirió el frescor alpino vasco antes que el cálido abrazo de Las Palmas o Girona. Quizás soñando con formar parte de una sinfonía balompédica única, ha firmado por tres años con los armeros. Así que afilad las gubias, que en breve llega un anuncio oficial que hará sonreír incluso a un pirata en tierra firme. ¡Armería en marcha!