Más estrellas que en una noche despejada…
¡Sopla viento de cambio en el Barcelona! En una odisea que haría a Ulises parecer un turista dominguero, el Barça finalmente aterrizó en Japón para su exhibición futbolística. Después de una cinemática suspensión del viaje que dejó al equipo colgado por más de 12 horas – imaginad el drama, sus maletas se convirtieron en estrellas de Bollywood con tanto ir y venir. ¡Pero aterrizaron con fuerza y estilo! Y todo para que un tal Marcus Rashford mostrara su magia en el verde del Noevir Stadium Kobe.
En un evento que podría fácilmente haberse llamado ‘El Gran Show Japonés de Rashford’, el nuevo fichaje del Barça dejó boquiabierto a más de uno con su talento, como si Messi y una pantera tuvieran un hijo prodigio. La expedición azulgrana, conformada por más jugadores que un coleccionista de cromos, incluyó a 5 canteranos que miraban a Rashford como si él fuera el primer y único sol en su galaxia futbolera. Eso sí, chicos, ¡esperad sentados! Nada de Rashford en el campo contra el Vissel Kobe. Aún es un misterio a resolver.
El espectáculo no hubiese sido tan estelar sin la presencia del gran jefe Laporta, que contaba con una agenda más cargada que el calendario de Santa Claus en Navidad. Con su impecable sonrisa y un par de trajes de más, pronto se reunió con el dios del comercio Hiroshi Mikitani de Rakuten, quien parecía más un hombre encargado de salvar con épica el viaje del Barça. Al final, el balón empezó a rodar en Japón con un poco de magia, un poco de caos, y bastante de Rashford.