Análisis del duelo Mallorca-Barcelona…

Munuera decidió ponerse el traje de villano con dos expulsiones dudosas. La primera fue tan evidente como un elefante en un ascensor, cuando Raíllo quedó tendido tras un balonazo en la cabeza. Mientras todos esperaban el silbato, Ferran aprovechó como quien encuentra un billete de diez euros en el sofá, enviando el balón a la red. Minutos después, Muriqi salió volando, o más bien su bota, hacia la cara de Joan García, dejando al Mallorca con nueve y el partido finiquitado. Pero no se dejen engañar; el Barça ya iba como un tren sin frenos siendo claramente superior.

El Barça jugaba como si hubieran puesto a Messi, Xavi e Iniesta todos juntos a la máquina del tiempo, adelantándose gracias a una asistencia de Lamine. El equipo mostró presión, precisión y pasó el examen con matrícula, marcando en su primera clara ocasión. Ni las decisiones de Munuera podrían cambiar el hecho de que el equipo azulgrana era mucho mejor en el campo. Además, en la segunda parte, el Barça jugó al ralentí, como si estuvieran de paseo por el parque. Y mientras Araujo iba de tijera y Koundé buscaba su barrio, el Barça sonaba a música para llevarse la victoria.