El portero alemán hace malabares en su recuperación

El Barcelona ha sacado brillo a los guantes que Ter Stegen vuelve a usar. El meta, operado hace cinco meses, ha regresado a la Ciudad Deportiva presumiendo de sus dotes con el balón, como si fuera un Houdini futbolístico. Aunque todavía hay un buen trecho hasta verlo entre los palos, el alemán está más motivado que un gato enfrente de una caja. El Barça no ha soltado prenda sobre su regreso, pero con ocho meses de recuperación en el horizonte, su comeback esta temporada es tan probable como que Messi fiche por el Espanyol. A pesar de trabajar en solitario y como el llanero solitario, ya se le ve acariciando el balón en sus sesiones. Todo pasó tras una caída algo aparatosa en La Cerámica, donde su rodilla decidió tomarse unas vacaciones más largas que las de un funcionario en agosto. Con una ruptura completa del tendón rotuliano, el portero titular ahora huele las flores desde el banquillo. Hasta la temporada 25-26, parece que su regreso va a ser como el de un cometa Halley… pero con más talento.