Cuando un partido casi se convierte en carrera…
¡Ay, ay, ay! Qué cosas se ven en los partidos de fútbol! Resulta que una conductora, que no había probado ni una sopa de vino ni un caramelo sospechoso, decidió dar una clase magistral de conducción al estilo de las películas de acción, ¡justo antes del derbi de los Espanyol! Como si se tratara de un concurso de atropellos a baja velocidad, dejó a 14 espontáneos en el suelo, pero no os preocupéis, que solo se llevaron un susto y unos raspones dignos de un patio de colegio.
El comisario Sallent, que como buen repera las ve todas, tuvo que sacar la calculadora emocional y valorar si la carrera de coches sería más emocionante que el derbi. «Se valorizó junto al coordinador y la UCO si suspendíamos el espectáculo, pero no hubo daños mayores, ni las gradas pidieron piedad. ¡No era el día del terrorismo futbolístico!», explicó mientras el pueblo respiraba aliviado. Como si nada, el partido continuó, y los fans no sabían si aplaudir el gol o la maniobra de la conductora.
Ahora, la pobre chofer, cuyos reflejos rivalizan con los de un caracol bien entrenado, ha sido enviada a la jueza de guardia. En su defensa, diré que no iba muy rápido, pero en un intento de fuga más dramático que una novela de sobremesa, decidió ver qué pasaba al acelerar. Se lleva a casa el premio a la peor escapada, con derecho a juicio. Los heridos, leves, se encuentran a salvo y con una historia que contar en la cena de Navidad.