Una alineación que hace reír a las estrellas…

Ancelotti está en un lío mayor que un pulpo en un garaje. Empezó el partido con un equipo de ensueño, como si fuera a encontrar el Santo Grial del fútbol, pero en septiembre se le escapó Carvajal. Después, su alineación se pareció a un queso suizo con la lesión de Militao, y qué decir de Camavinga, que fue directo a la lista VIP de «lesionados ilustres del año». Ahora, Ancelotti tiene más dudas que un niño en un examen de matemáticas sobre quién llenará el hueco con estilo en el próximo Clásico contra el Barcelona.

Entre sus dilemas, el lateral izquierdo parece una escena de «¿Quién quiere ser millonario?». A la izquierda tiene a Mendy, quien lleva tantos días sin jugar que ya casi salta al campo con bastón de abuelo. Y a la derecha, Fran García, el eterno suplente en las finales: la Supercopa de Europa, la de España… ¡le falta sólo ver los partidos desde un periscopio! Realmente, Ancelotti necesita de un cristal mágico o puede que de una moneda al aire para resolver este rompecabezas lateral.

Ya en el centro del campo, Ancelotti juega al «tetris táctico» con las piezas de Modric y Rodrygo. Si opta por el 4-4-2, Modric bailará entre los rivales como un mago en pleno truco de desaparición. Pero si elige el 4-3-3, Rodrygo podría ser el speedy Gonzales del equipo, zigzagueando hacia el gol. Lo único seguro es que ninguno de los dos tuvo el «privilegio» de ser titular contra Getafe. Un calvo en un estadio lleno tiene menos incógnitas mientras Ancelotti sigue lanzando dados, esperando a ver qué formación le hace brillar como la estrella más grande del Clásico.