Érase una vez un canterano en el Principado…

En un giro de guion más inesperado que ver a un portero intentar marcar de chilena, Ansu Fati, después de renovar con el Barcelona, decidió cambiar la paella por la betterave monégasque y aterrizó en el Mónaco… ¡otra vez de prestado! Parece que busca los tan ansiados minutos como el Indiana Jones del fútbol, pero hasta la fecha ¡ni rastro de él en el césped! Dos amistosos jugados, pero el chaval sigue calentando más banquillo que sol en verano. Y no, no es porque se dejó el GPS en casa.

Según el técnico Adi Hütter, es todo parte de un plan maestro. No quieren que Ansu se estrese más que un árbitro en un clásico, por lo que él y Pogba están en pleno modo ‘cuidados intensivos musculares’. Imagina a Ansu en un spa futbolístico, poniéndose en forma para que su estela brille más que las luces del Principado en un Gran Premio de Fórmula 1. Además, después de sus últimos meses en Barcelona, parece que Ansu no ha visto el césped más que para practicar yoga.

El pobre Ansu el año pasado jugó menos minutos que un cameo de Hulk en una telenovela. Así que ahora está en misión Mónaco 2.0 para encontrar la armonía en su carrera. Sueña con volver a ser convocado para la selección algún día, mientras el Principado se prepara para verlo finalmente debutar, si logra escapar del modo «modo cauteloso». ¡Que venga ya la orquesta y toque la música del Mundial!