Ansu prueba la boulangerie antes del contrato…

Ansu Fati, el héroe de los centros que también son autogoles, está a punto de cerrar su mudanza a Mónaco, un lugar donde los banqueros son vecinos y las gaviotas sueltan un ‘bonjour’ ¡Y eso que las gaviotas hablan poco! El astro del fútbol ha pasado el famosísimo reconocimiento médico, en donde solo por tener apellido de delantero ya te miran medio raro y si estás sano te dan hasta una baguette. Ansu, cansado de sentir menos protagonismo que el marcador en los partidos de liga de mi barrio, ha decidido que es hora de lucirse donde el caviar es parte del menú del día.

Eso sí, si crees que Ansu se va para olvidarse del Barça estás más equivocado que alguien que intenta hacer paella con sushi. El chaval pretende volver con más fuerza que un delantero con botas nuevas, y por eso su contrato con el Barça tendrá un extra, una promesa de regreso digno de película de superhéroes ¡Sin capas, solo botas! La misión secreta del delantero es regresar más fuerte que un apretón de manos de dinosaurio, algo que, por cierto, está por ver si es posible.

El cambio también hará que el misterioso número 10 quede huérfano, un dorsal tan místico como para ser el ticket dorado de Charlie en la fábrica de pelotas de cuero. El joven Lamine Yamal intentará llenar esas botas pesadas como un camión de churros, mientras que el Barça, queriendo aliviar su cartera más rápido que un mago en día de paga, hará hueco para nuevos talentos como Nico Williams. Por lo visto, el drama en el fútbol de verano es más movido que un campeonato de sillas musicales.