Celebración acuática sin sardana en el RCDE…
El Barça se llevó el título de LaLiga en el RCDE Stadium, demostrando que no solo Messi hace magia. Esta vez, Hansi Flick fue el mago Merlín que convirtió a sus jugadores en campeones sin necesidad de una varita. Pero… ¡sorpresa! Cuando el árbitro pitó el final, en lugar de sardanas, se armó una mini batalla de querubines sobre el césped. ¿El capitán Flick al rescate? Pues sí, ordenó a sus guerreros retirarse al castillo del vestuario para celebrar con respeto.
El Espanyol, al estilo de un jardinero ninja, accionó los aspersores para cortar la fiesta culé, y los jugadores decidieron continuar la celebración a lo grande en el vestuario. Ya planean una rúa que dejará cortas a las marchas de los carnavales de Brasil. Dicen que dentro del vestuario se escucharon canciones de batalla dignas de vikingos del siglo XXI. Pedri, con cara de niño travieso al que le dan las llaves del parque de atracciones, comentó: «¡Una Liga no se gana todos los días y hay que disfrutarla al máximo!»
Y qué decir del pequeño Lamine Yamal, que huyó al vestuario más rápido que Flash al ver la que se avecinaba. Todo esto nos recuerda la épica del 22-23, cuando el Barça de Xavi celebró un título que envió a los periquitos al infierno del descenso en un abrir y cerrar de ojos. En aquel entonces, los jugadores corrieron al vestuario más deprisa que un gato persiguiendo un láser, eludiendo una invasión de campo digna de película de acción.