Éxorcismo futbolero en la Champions…
Amigos del fútbol, prepárense para una noche digna de palomitas y risas nerviosas. El Barcelona visita al Borussia Dortmund, que más que un equipo parece un castillo encantado con luces amarillas. El Barça llega con un 4-0 en la bolsa, un resultado tan sólido como el pecho de Superman, y los culés están más tranquilos que un gato al sol en Montjuïc. ¿Remontada del Borussia? En Barcelona creen que eso es tan improbable como ver a un portero marcando un hat-trick.
Pero no lancemos las campanas al vuelo todavía. Este Barça 2025 es una máquina de hacer goles, parecido a una picadora de carne en plena faena. Sin embargo, el entrenador Flick sabe que en Champions la cosa cambia y que en Alemania el aire tiene un sabor distinto que está más cerca de una salchicha gigante que de nuestros turrones. 24 partidos sin perder suena tan bonito como descubrir que la abuela ha dejado dinero en el colchón. Pero ojo, que la historia del fútbol siempre ha tenido alguna vuelta de tuerca inesperada, como cuando encuentras uno de esos calcetines desaparecidos dentro del dragón de la lavadora.
Así que, queridos lectores, mientras el Barça en Dortmund intenta desterrar fantasmas del tamaño de Godzilla (Liverpool, Roma, Bayern… cof cof), los culés cruzan los dedos más enérgicamente que un pianista en un solo imposible. El objetivo, queridos míos, es claro: plantarse en semifinales como quien logra colarse en una fiesta exclusiva con bar libre y vista al mar. Eso sí, si Ter Stegen estuviera, seguro que llevaba un poco de agua bendita para lo que pueda surgir. ¡Vamos, azulgranas, a por el baile europeo sin perder la cabeza!