Apagón épico no apaga el espíritu culé…
En un giro de eventos que ni la película más surrealista hubiera imaginado, toda la península ibérica sufrió un apagón digno de la Era de Piedra. Parecía que los dinosaurios volverían a caminar por las Ramblas, pero para el Barça, entrenar a oscuras fue como un martes cualquiera. Mientras todos buscaban linternas y velas en los cajones, los de Hansi Flick seguían sus tácticas a lo Jedi, ¡porque cuando tienes a la Fuerza de tu lado, la luz eléctrica es un lujo del pasado!
El miércoles se avecina un partido que es más decisivo que encontrar el estuche de gafas en plena emergencia. El Barça, recién bañado en la gloria de la Copa del Rey, tiene su mirada láser apuntada hacia el Inter de Milán. Con ese título reluciente que aún huele a celebración, buscan un resultado mágico en el Estadio Olímpico Lluís Companys. Si se logra el objetivo, podrían hasta celebrar a la luz de sus propios resplandores de estrellas de fútbol (o del LED del móvil, si la luz no vuelve).
Nada de fiestas fiesteras por la 32ª Copa del Rey, eso queda para otra ocasión. La plantilla del Barcelona, cual hormigas obreras con botas de fútbol, apenas tuvo tiempo para un ‘selfie-trofeo’ antes de que se les viniera encima el titánico desafío del triplete. Ganar el partido sería como hallar WiFi en medio del apagón: imposible pero increíblemente dulce. ¡Vamos, culés, a encender la Champions, que ni un apagón nos podrá parar!