El tesoro escondido en la final…

El barco pirata de la UEFA Champions League ha zarpado dejando atrás, entre lágrimas y pañuelos de seda, la emblemática bandera blaugrana. Con un total de 36 barcos, perdón, equipos, la competición ha visto más batallas que la Guerra de las Galaxias, y más dinero desbordando que una piñata en cumpleaños de millonario.

A cada noble participante de esta cruzada futbolística, la UEFA les otorgó un trono de 18 millones de euros como regalo de bienvenida. Y como buenos buscadores de tesoros, ganaban 2,1 millones por cada victoria y, ojo al parche, 700.000 por empatar. Si había quien lograba llegar hasta la cueva de los octavos, la recompensa aumentaba de nivel, cual videojuego retro: ¡11 millones de monedas doradas! Y así, hasta los 25 millones por levantar el brillante y codiciado trofeo.

Y para los expertos en desenterrar cofres del mar mediático, el «value pillar» es como Indiana Jones encontrando el arca perdida: más de 200 millones para los clubes con más fans, un estadio lleno hasta el infinito y un mercado televisivo digno de película de ciencia ficción. Todo un botín que convierte a la Champions en el gran circo financiero del fútbol europeo.