El Clásico de los líos y sus cálculos trillados…
Imagina una montaña rusa de emociones, pero multiplicada por el vértigo de subirse al campanario de la Sagrada Familia. Así es como se enfrenta el Barcelona a su duelo con el Real Madrid este domingo. Los chicos de Flick lideran como un equilibrista sobre un hilo tenso, a cuatro puntos de ventaja sobre el Madrid. Ganar sería como encontrar un billete de lotería premiado en tu pantalón viejo: resolvería todo. Un empate sería el equivalente a sortear los charcos sin mojarse. Pero cuidado, un desliz ante los merengues y ellos estarían a solo un pasito de robar la cima cual ladrón de guante blanco. ¡Menudo lío, tronco!
Si los culés ganan, casi mejor que vayan comprando estanterías en IKEA para el trofeo porque se alejarían siete puntos, ¡como si pusieran un océano entre ellos y el Madrid! Luego jugarán contra un Espanyol en Cornellá que, con suerte, estará más despistado que un burro en un garaje. Flick, que podría ser medio Houdini, solo necesita otra victoria en la lista de la compra para poner el broche de oro a esta temporada. Además, aprovechando el precioso gol average de +4, de algún modo aún más dorado que un balón de playa, es casi para celebrarlo ya.
Por supuesto, si el Madrid decide levantarse con el pie derecho y gana, entonces LaLiga se convierte en un atracón de números. Entramos en las matemáticas de locura, estilo Sudoku del infierno. Cada partido será una ruleta rusa de puntos y, para evitar un drama digno de una telenovela, el Barça tendrá que ganar lo que le quede, viendo de reojo cada movimiento de Ancelotti y sus chicos. Con los blancos enfrentando a equipos como Mallorca, Real Sociedad y haciendo escala en Sevilla, quien gane cada jornada podrá hacer más cuentas que el dueño de un casino de Las Vegas. ¡Venga, que pase el siguiente acto del teatro futbolístico!