El derbi comienza con autoextra deportivo…
El derbi entre Espanyol y Barcelona tuvo un inicio que ni Hollywood se atrevería a inventar. En lugar de los rugidos de los aficionados, lo que primero se escucharon fueron los chirridos de un auto descontrolado actuando como si el RCDE Stadium fuese el circuito de Mónaco – ¡cuidado Verstappen, que te quedas sin carrera! Un coche blanco, con más ímpetu que un delantero en la tanda de penaltis, decidió que su destino era pasar a toda velocidad por una muchedumbre, sin pedir perdón ni permiso.
Pero tranquilos, mis futboleros, que la cosa no fue tan grave. Los Mossos d’Esquadra ya están en modo Sherlock Holmes, investigando si el coche decidió por sí mismo entrar al estadio, solo para descubrir que no aceptaban autos como público. Aunque afortunadamente no hubo heridos graves, el susto fue tan memorable que, incluso aquellos que estaban a kilómetros sintieron el tembleque de la grada.
Los primeros auxilios estaban tan presentes como las palomitas en el cine, con siete ambulancias más ocupadas que un árbitro en el VAR. Pese a todo, unos héroes anónimos de la grada decidieron boicotear el partido en modo protesta, diciendo ‘fuera juego’ a que el partido continuara. Mientras, otros aficionados, más despistados que un defensa en el fuera de juego, ni se enteraron: ellos solo tenían ojos para el balón y la promesa de 90 minutos de emociones – y si no, más les vale cambiar el canal.