El central danés busca nuevos horizontes…

¡Ay!, Christensen, ese héroe de novela que no sale como esperamos. Este año los médicos del Barça se han hecho su mejor amigo. Imagínate al pobre danés: más tiempo en la camilla que en el césped. Las lesiones le hicieron ciento volando, al punto que si un esguince fuese deporte olímpico, tendría medallas de oro en cada pierna. Ahora, la directiva del Barcelona se enfrenta al delicado arte del ‘Musical de los Centrales’, donde solo cinco elegidos podrán quedarse en el gran escenario del verde.

Mientras, Christensen da más vueltas que las puertas giratorias de un hotel en Barcelona. Con Araujo siendo proclamado un santo del fútbol por Deco, y García irrumpiendo en escena como el nuevo mesías defensivo, no queda espacio para todos. Y no olvidemos a Martínez, que ya tiene el puesto VIP del jefe de defensa, y Fermín el Magnífico, que suena a artista de feria, pero no, es Cubarsí, el canterano que está a punto de romperla.

Así las cosas, al entrañable Christensen no le queda otra que pasar al reto de ‘Búsqueda del Club Perdido’. Con un calvario interminable, sólo jugó unos minutitos aquí y allá, como una aparición sorpresa. Es hora de que el danés encuentre un refugio donde no le miren con miedo de que se lesione al bajar del autobús. Vuela alto, danés. ¡Vuela más alto que un balón de saque de esquina!