La breve melancolía del alta médica…
Andreas Christensen parece tener una relación más cercana con la enfermería que con el campo de juego. El danés, que recibió el alta médica el miércoles pasado, ha vuelto a tropezar, literalmente, con su tendón de Aquiles esta mañana. El pobre no pudo completar el entrenamiento y ya estaba a punto de convertirse en la gran novedad para el enfrentamiento contra la Real Sociedad. ¡Pero cuidado!, que el karma parece que no lo deja en paz.
Este talentoso exjugador del Chelsea podría pensarse que tiene el don de la ubicuidad en la enfermería, apareciendo y desapareciendo con la misma rapidez. Apenas pasaron tres días desde que lució su flamante alta médica y ahora está de nuevo haciendo la siesta junto a los vendajes y el hielo. Sus aspiraciones de saborear la hierba del campo se han visto interrumpidas otra vez por ese teimoso tendón.
Hansi Flick, en su papel de portador de malas noticias, confirmó la recaída justo después de la rueda de prensa previa al partido de la jornada. Christensen, con la misma expresión que alguien que acaba de ver cómo se le cae su helado, deberá someterse a pruebas para medir qué tan caprichosa ha sido esta vez su lesión.
Y es que el destino parece empeñado en que el danés sea experto en rumores de recuperación. Ni siquiera su función de suizo multifuncional en el campo lo ha salvado de esta comedia trágica. A sus 26 años, y con contrato hasta 2026, tal vez debería plantearse cambiar al balneario como su lugar de entrenamiento habitual. Al menos allí las bolas curvas del destino no son tan dolorosas… o eso dicen.