Cuando el Barça hizo piruetas y el Madrid se mareó…
¡Señoras y señores, agárrense a sus asientos porque el Clásico entre FC Barcelona y Real Madrid ha sido como un tobogán de feria, lleno de giros, vueltas y sorpresas! Con un 4-3 para los culés, este partido no fue el típico thriller de suspense, sino más bien una comedia de enredos con títulos como «Barça 4, Mbappé 3». Nuestro querido Felipe del Campo, cual Nostradamus moderno, ya lo predijo: si esto fuera una película, Mbappé sería el único que salvaría al Titanic merengue de naufragar.
El partido empezó con el Real Madrid robándole un 0-2 al Barça en los primeros minutos, como si se tratara de un robo de banco al estilo de Ocean’s Eleven. Pero, ¡sorpresa! El Barça respondió con un 4-2 que dejó a todos con la boca abierta, como si volvieran a descubrir la Alianza Rebelde en Star Wars. Y cuando pensabas que todo había terminado, Víctor Muñoz tuvo el balón del empate en el último segundo, cual superhéroe decidido a evitar el apocalipsis.
Felipe también nos regaló una perla sobre las canteras, comparando a Víctor con un joven león aprendiendo a cazar, mientras en el Madrid sus promesas tienen que conformarse con dar volteretas en el jardín. Al final, Lamine Yamal fue el mago del día, desapareciendo y apareciendo como Houdini a su antojo, al contrario de Vinicius, que se esfumó como si le hubiera engullido un agujero negro. Y pese a que el Barça ganó, Del Campo nos recuerda que incluso el mejor Barça de la década casi se tropezó con su propio entusiasmo. ¡Y es que en el fútbol, como en la vida, nunca se sabe cuándo vendrá el próximo terreno resbaladizo!