El Barça, fichajes y sueños de trofeos…

Nuestro querido Dani Olmo, el chico de Terrassa que podría tranquilamente ser el jefe de calidad de una fábrica de churros, se ha puesto el traje de superhéroe del fútbol. Con un par de títulos a su cinto, parece que ha encontrado la lámpara mágica del genio del balón, porque todavía tiene dos trofeos más a tiro. Dice que venir al Barça es como entrar al circo más grande del mundo. ¡Y él es el malabarista principal! Asegura que los problemas de «admisión» fueron como un trámite en el dentista: molestos, pero necesarios.

Olmo nos confiesa que correr en el estadio del Inter le emociona más que conducir un coche de Fórmula 1 sin frenos. Y bien, con un entrenador como Hansi y compañeros que driblan hasta sus sombras, es comprensible. El chico está más motivado que un perro con una montaña de huesos con sabor a Champions. Quiere que todo salga perfecto, como un flan que nunca se derrumba.

En cuanto a Lamine Yamal, Dani asegura que es un espectáculo tan impresionante como un mago sacando conejos de todos los sombreros del vestuario. Su plan es simple: si el joven es rodeado por once rivales y un árbitro, todavía habrá alguien libre en el Camp Nou para dar la asistencia decisiva. Y todo esto, con Flick conduciendo el tren culé con la confianza de un abuelito narrando cuentos de buenos sueños.