De superhéroe a cáscara de huevo…

¡Paren las rotativas! Dani Rodríguez, aquel canterano que parecía el futuro hombre de hojalata del Barcelona, ha sufrido una luxación en el hombro en su debut con el primer equipo. Como si la vida hubiera decidido jugarle una broma pesada, el joven vasco se lesionó mientras intentaba convertirse en el rey del ala derecha del Barça, allá en Valladolid.

La noche prometía: Hansi Flick, ese director de orquesta que tiene más estrategias que una telenovela con 200 capítulos, decidió darle el protagonismo a Dani y guardar a sus superhéroes titulares para el gran duelo en Milán. Pero, ¡zas! Cuando Dani disfrutaba de correr por las bandas como un niño en un parque de atracciones, su hombro decidió actuar como un truco de magia… y desaparecer del sitio. La reemplazante: el imparable Lamine Yamal, quien tomó el lugar como un Jedi tomando un sable de luz.

El joven Dani ha estado más tiempo en la enfermería que un anciano en la consulta del médico durante este año. Entre lesiones de muslo, músculos malhumorados y ahora este hombro rebelde, el pobre chaval parece ser más frágil que un florero de porcelana en una fiesta de gatos. Pero Hansi, el leal entrenador, sigue creyendo en su potencial como uno de esos personajes de videojuegos que solo mejora tras perder mil vidas. ¡Ánimo, Dani!